Archivo documental digitalizado del activismo lésbico, conformado por el registro de producciones gráficas y teóricas, registros fotográficos y sonoros, encuentros reflexivos y acciones callejeras de grupos y activistas lesbianas de diferentes momentos históricos, múltiples posiciones políticas, y diversas geografías de Argentina. Está en permanente construcción, envianos tus aportes y colaboraciones.

lunes, 9 de mayo de 2005

Fabiana Tron

foto: El Vahído, 2011


El "mal" es la homo/lesbofobia
"Imagina que no hay paraíso, es fácil si lo intentás. Ningún infierno debajo
de nosotr@s, arriba sólo el cielo. Imagina toda la gente viviendo el hoy.
Imagina que no hay países, no es diícil hacerlo, ni religiones tampoco.
Imagina toda la gente viviendo la vida en paz..."
–John Lennon

Las declaraciones del cura Gustavo Piva, reproducidas en el diario La Voz del Interior del 5 de mayo del 2005, constituyen un avance más de la Iglesia Católica en la Cruzada contra las personas gays, lesbianas, bisexuales, travestis y transexuales. Declaraciones que, basadas en prejuicios y falsedades, solo promueven y refuerzan la homo/lesbofobia social o sea el odio y rechazo a las personas gays lesbianas, bisexuales y trans y que alude al miedo de las personas, organizaciones, instituciones a enfrentar la realidad y la especificidades que tiene los comportamientos no heterosexuales. La homo/lesbofobia fomenta el maltrato hacia las personas "homosexuales" (crímenes de odio, abandono familiar, despidos laborales, etc.) y obstaculiza de manera concreta la puesta en práctica de estrategias de educación, prevención y sensibilización a la diversidad sexual. La homo/lesbofobia es un mecanismo del sistema hetero-patriarcal para lograr el control social, control que se instala específicamente sobre nuestros cuerpos, impidiendo no solo el libre ejercicio de nuestra sexualidad sino también el acceso a una sexualidad placentera.


La homo/lesbofobia es violencia que se ejerce cotidiana y sistemáticamente hacia las personas gays, lesbianas y trans y tiene graves consecuencias para nuestra salud física y psíquica. Según un estudio elaborado entre 1998 y 2003, recientemente publicado por el diario Liberation, un/a joven homosexual o bisexual tiene 13 veces más posibilidades de suicidarse que un heterosexual. El Instituto Nacional de Salud e Investigación Médica de Francia (Inserm) validó las conclusiones del trabajo, las cuales coinciden con otros estudios similares realizados en Canadá y Estados Unidos. Marc Shelly, director de la investigación, explicó que son factores psicosociales los que más empujan a este sector de la población al suicido, tal como la homofobia que provoca un bajo nivel de autoestima. Diariamente, unas 30 personas se suicidan en Francia y otras 400 lo intentan.

Frente a estas declaraciones consideramos necesario abrir un debate serio y responsable del tema, para lo cual creemos absolutamente necesario hacer una serie de aclaraciones y someterlas a la opinión pública.
El cura Piva afirma: "El problema es la homosexualidad en si misma, que es un mal... una enfermedad que debe ser tratada... La ciencia se fija más en la parte enfermedad en cuanto a lo corporal, pero digo la persona es una totalidad".

En algo estamos de acuerdo, la persona es una totalidad, es un ser bio-psico-social.

En 1973 la Asociación Norteamericana de psicólogos y psiquiatras aprobaron finalmente, luego de mucho tiempo de analizar, discutir e investigar, el acuerdo que sacaba a la homosexualidad de la lista de desórdenes o trastornos mentales. (Más conocido como DSM, por sus siglas en inglés) aún quedan algunos que más de 30 años no les han sido suficientes para enterarse de algunas decisiones científicas contrarias a sus prejuicios y "valores".

Por otra parte, aunque existen algunas investigaciones que pretenden encontrar un origen biológico de la "homosexualidad", esto no ha podido ser demostrarlo. Si, ni bio ni psicológicamente es una enfermedad la cuestión queda relegada al campo de los social o cultural, o esa al imaginario que se instala socialmente sobre la homosexualidad. Por eso afirmamos la homosexualidad no es una enfermedad, lo que enferma es la homofobia.

El cura prosigue: "esta enfermedad conlleva a una inmoralidad. Ahí está el problema digamos, no es una enfermedad solamente física".

¿Condena la Biblia, realmente la homosexualidad?

De los 47 libros que integran el Antiguo Testamento y los 27 del Nuevo Testamento, según la Biblia Católica. De las 1882 páginas de la Nueva Biblia Española, edición Latinoamericana, traducción de Luis Adolfo Schökel, solo encontramos 4 textos en el Antiguo testamento (el pecado de sodoma Gen, 19.1-11 y su paralelo Jue, 19:22-30; Deu:22 y Deu:23:18-19) y 3 en el Nuevo, (Rom:1:18-32; I Tim. 1:9-11 y I Cor. 6:9-10) en total algo más de una página que hablan sobre homosexualidad, lo que constituye el 0,00053% del total de la Biblia, siempre haciendo la salvedad de que cuando la Biblia se escribió ni siquiera existía una palabra para decir "homosexual".

Para ser un tema que merece tal desaprobación, ¿no habría sido necesario dedicar algo más de espacio?
El análisis detallada de cada uno de los textos sería demasiado extenso en esta oportunidad, solamente quisiéramos expresar que la Biblia no es un libro mágico, no es un amontonamiento absurdo de normas éticas contradictorias, no puede ser reducido a un almacén de citas bíblicas aisladas para justificar los prejuicios sociales. La raíz de la homofobia no es la Biblia, hasta el siglo XII la homosexualidad fue admitida plenamente por las iglesias europeas (véase Boswell, Cristianismo, tolerancia social y homosexualidad, Barcelona, 1992), hasta el punto de celebrar liturgias de unión entre personas del mismo sexo. La doctrino posterior al siglo XII penalizó la homosexualidad, basada en prejuicios y en la homo/lesbofobia.

Existen además ejemplos claros de homosexualidad en la Biblia: el del futuro rey David con Jonatán, "que angustia me ahoga, hermano mío, Jonatán! Cómo te quería! Tu amor era para mí más dulce que el amor de las mujeres" (II Sam. 1:26) y la historia del profeta Daniel y el jefe de los eunucos del palacio real de Babilonia contada en el libro de Daniel. También la historia de Ruth y su suegra Noemí. Creemos que estas historias bastan para desnaturalizar cualquier condena contra la homosexualidad.

El padre Piva esta muy preocupado por su feligreses que le dicen "que sabe que está mal, que están equivocados que la homosexualidad es un flagelo en su vida". Claro, ¡como no van a decir eso si es lo que la Iglesia les enseñó con falsas verdades a creer!

El padre Piva está muy preocupado "por lo que estamos haciendo para poder ayudar a este tipo de personas". Le sugiero con todo respeto, fundamentalmente el que le tengo a las personas que tienen fe, que lo primero que debería hacer es leer y estudiar la Biblia con seriedad. Le recuerdo que proferir falso testimonio o sea mentir (Ex. 20:16) es pecado.

Sosteniendo estas posiciones la Iglesia Católica somete a la culpa, el remordimiento y la tortura moral a las personas creyentes gays, lesbianas, bisexuales y trans y lo único que logra es excluirlas. Sosteniendo estas posiciones la Iglesia es parte del problema no de la solución.

También afirma: "Con esto no estoy discriminando, decir la verdad no es discriminar" En primer lugar estamos de acuerdo en que decir la verdad no es discriminar, el problema es cuál es el criterio de verdad que manejamos. Hasta ahora las afirmaciones del cura están basadas solo en prejuicios. La iglesia católica ha pretendido durante 2000 años ser la poseedora absoluta de la verdad. Sin embargo en la historia de la humanidad la homosexualidad ha sido repudiada o idealizada según la época. En América la apreciación de la homosexualidad debe considerarse por lo menos en dos etapas, antes y después de la conquista española. Solo por citar algunos ejemplos, en Centroamérica y el Caribe, los homosexuales eran considerados como dotados de poderes sobrenaturales y su cercanía era augurio de buen suerte. En los Andes sudamericanos tenía mucha fuerza el concepto de un creador andrógino, varios autores sugieren la dualidad sexual de Viracocha, que incorpora a su naturaleza fuerzas ocultas que cada género representa. Por el historiador Agustín Zárate conocemos la existencia de una provincia incaica exclusiva de mujeres, los expertos en estudios etnohistóricos sugieren que el patrón de conductas de éstas fue lo que originó en América el mito de las amazonas.

Patricia Alberts y Evelyn Blacwood descubrieron que entre los indios Crow de Norteamérica había hombres que se vestían como mujeres, practicaban el shamanismo y se dedicaban a conceder favores sexuales a grandes guerreros. Eran conocidos como berdaches, se los trataba con grandes honores y se los consideraba un género aparte. Las prácticas lésbicas estaban institucionalizadas en 33 sociedades indias norteamericanas, las mujeres podían establecer relaciones afectivas y sexuales con otras mujeres y casarse formalmente. Después de la conquista española, éstas tierras se convirtieron en toda forma de ultraje hacia las personas gays, lesbianas y transgénero, quienes fueron las primeras víctimas del nuevo sistema. A los 7 millones de "brujas" asesinadas por la Inquisión primitiva en Europa, y de la cual el nuevo Papa es heredero, deben sumarse en América, según el relato del mismo Bartolomé de las Casas, centenares de santones gays muertos en la indigencia cuando fueron expulsados de sus templos y otros tantos destrozados por perros asesinos que trituran los huesos de las víctimas, otros muertos a garrote, ahorcados o quemados vivos. Hasta ahora la Iglesia no se ha arrepentido de estos crímenes.

Decir la verdad no es discriminar, matar según la Biblia (Exodo: 20:13), es pecado.

Los gays, lesbianas y trans de este país estamos hartos de recibir tanta violencia, tanta agresión cotidiana, tanta falta de respeto. Estamos hartos de que se nos diga qué es legal y qué no, de qué podemos o no hablar, qué se puede enseñar y qué no en materia de sexualidad, derechos reproductivos, aborto, formas de establecer vínculos de compromiso afectivo. Estamos hartos de que la policía nos lleve presos cada vez que se les antoja.

Queremos vivir en paz, en esa sociedad que imaginó John Lennon, pero ese sueño se hace inalcanzable porque a la violencia que sufrimos le sumamos el hartazgo que nos provoca la violencia que sufren los millones de desocupad@s, las mujeres asesinadas o abusadas sexualmente por sus maridos, ex maridos, novios, ex novios, todos los días, las desigualdades de acceso a un sistema de salud digno...

Otro mudo es posible y necesario pero para eso también es necesario y urgente la absoluta separación de la Iglesia y el Estado; juicio y castigo a tod@s los miembros de la Iglesia cómplices de la dictadura; juicio y castigo a todos los curas y obispos violadores y abusadores.

Durante mucho tiempo trataron de invisibilizarnos y silenciarnos, ahora decimos Ya basta! No nos vamos a quedar callad@s . Estamos resistiendo, seguimos rebelándonos.



Fabiana Tron, Coordinadora Desalambrando Córdoba, Bachiller Superior en Teología, egresada del I.S.E.D.E.T, Estudiante de Psicología.


Fuentes:
Rafael. S V. Rivera: "Qué dice la Biblia sobre homosexualidad?
Nc Nelly: "La Iglesia ante la homosexualidad?, Barcelona, 1979.
John Boswell: "Cristianismo, tolerancia social y homosexualidad", Barcelona
1992.
Eduardo Ramón López: "El rostro oculto de los pueblos precolombinos".
Daría Suarez: "Homo/lesbofobia Intenalizada", página Web CIPAC.



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